Ubicada estratégicamente en el centro de la isla de Cuba, Villa Clara siempre ha sido núcleo de colonizadores y revolucionarios que se disputaban beneficios materiales. Los piratas fueron un quebradero de cabeza durante los primeros años de colonialismo en la primera ciudad de la isla, Remedios, que más tarde se vio abandonada debido a un gran incendio. Pero su demografía volvió a crecer con la llegada de pobladores canarios que trajeron sus conocimientos agrícolas a las plantaciones de tabaco. Ernesto Che Guevara no nació ni murió aquí, pero fue en Villa Clara donde se llevó a cabo la Revolución cubana. Esto sucedió en 1958, cuando el Che, ayudado por una cuadrilla, hizo descarrilar un tren blindado que transportaba a más de 350 soldados armados del este, liberando a la capital, Santa Clara, de la dictadura de Batista.

Este lugar, mosaico de sombríos campos de tabaco y sosegados lagos, nos brinda muchas razones para detenernos. La ciudad de Santa Clara es uno de los lugares más visitados del país, repleta de rincones históricos clave en la revolución cubana y escondite de una vida nocturna repleta de desparpajo juvenil. Al sur del movimiento de esta ciudad, encontramos la tranquilidad del embalse Hanabanilla, situado en los Montes Escambray.

La apacible Remedios es la localidad más antigua de Villa Clara y sólo rompe su paz durante la desenfrenada fiesta de Las Parrandas. Más al norte, encontramos Caibarién, una pintoresca villa con tradición pesquera y gente hospitalaria en el que se respira la brisa fresca del mar durante todo el año. Además, podemos disfrutar de una infinidad de pequeñas y paradisíacas islas de arena fina y agua cristalina, el archipiélago de Cayerías del Norte, comunicadas con Caibarién por una larga carretera construida sobre el mar.